Desde el otro lado de la frontera los sonidos de la guerra que se libra en México llegan con ecos que han atrapado la nostalgia y adormecido la añoranza de volver al terruño.
Las historias de paisanos que han sido asaltados, extorsionados, secuestrados o asesinados se multiplican y los reportes de medios sensacionalistas abonan al miedo. Frases como: “la cosa en México esta fea” “a que vuelvo, a que me maten” surgen en cualquier conversación; parase que para el paisano es inevitable preguntar cómo se le hace para vivir en el lado donde en los últimos cinco años se han contando más de 50 mil muertos.
En el otro lado, en la tierra del sueño americano, hoy preocupa la recesión económica, la falta de trabajo, el costo de la gasolina que ronda los cuatro dólares por galón y encarece todo; algunos hablan de las próximas elecciones y el desencanto de las expectativas no cumplidas.
Pero pese a las dificultades económicas, las injusticias, el racismo y las oleadas de leyes anti inmigrantes; para muchos de los mexicanos que dejaron su tierra en busca de una “vida mejor” no es alternativa regresar a su país, pues ahora a la pobreza y la falta de oportunidades que los orillaron a migrar se le suma la violencia.
Los ecos de esas historias de terror que llegan desde México aturden hasta la nostalgia y el deseo de regresar, aunque sea en verano, a recorrer las calles de la niñez, a ver a los familiares, a visitar a sus muertos y convivir con los recuerdos… los recuerdos que ahora también están secuestrados por el miedo a la guerra de los 50 mil muertos y las millones de historias
