miércoles, 14 de septiembre de 2011

Hay ciudades y edades en las que caminar es un sacrificio


Hay una edad en la que uno ya no está para desfiles, reclamó enojada Doña Luz cuando con modales poco  amables el conductor de la ruta 636 aviso a los tripulantes  del camión que no llegaría a su ultima parada porque avenida Alcalde estaba cerrada debido a un desfile charro.
A doña Luz, como a otras miles de personas, no le quedo de otra que  caminar y ser  improvisada espectadora de la caravana de “sombrerudos” que marcharon desde el Santuario hasta el parque Agua Azul para celebrar su día.  Enojada y rengueando, Doña Luz recorrió las nueve cuadras que le faltaban para llegar a su destino. El coraje la mantuvo indiferente a la cabalgata de unos 400 jinetes hombres, mujeres niños y adultos que a ritmo de banda y del choque de las pezuñas de los caballos contra el pavimento mostraron el orgullo de seguir su tradición.
“Mire para todo hay tiempos, como marchan a pleno medio día, yo tenía cita en el Hospital Civil a las diez y ya son las once”, reclamó la Señora Luz, “para mi caminar es un sacrificio” remató la mujer que aferrada a un bastón avanzó paralela al desfile esquivando andamios y lidiando con el mal estado de las banquetas.
En una ciudad donde circulan más de un millón 600 mil automóviles, que no funcione el semáforo en una calle altera la rutina de cientos de personas, cerrar una de las avenidas centrales de la metrópoli en una jornada laborable trastorna el día de miles de personas.
Será culpa de los caballos, de los desfiles o de las manifestaciones que concurren al centro de Guadalajara que el trafico en esta ciudad enloquezca?  O será que como sociedad nos equivocamos al apostar por el automóvil como principal medio de transporte?  

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