lunes, 5 de septiembre de 2011

Cosas que pasan en mi pueblo

Dice la gente de antes que para recoger la “bilis” luego del un susto fuerte hay que comer migajón de bolillo o un poco de azúcar, pero ese día en el Teúl la gente tomó leche para contrarrestar el susto y leche gratis. Durante buena parte de la mañana de ese martes abordo de un camión de la empresa Sello Rojo, repartidores atípicos por su aspecto y generosidad, entregaron a quien se encontraron  cientos de litros de leche. Según cuentan desde temprano el camión recorrió las calles del pueblito zacatecano, de unos dos mil habitantes, sin seguir su ruta habitual y sencillamente entregaron la leche a cuanto parroquiano se toparon.
Imelda, empleada de un videoclub cercano a la plaza principal, platica que ella estaba barriendo la calle cuando se detuvo el vehículo repartidor, entonces un tipo mal encarado que conducía la unidad le dijo que cuantas rejas quería.  “Me saque de onda”, señala Imelda, no le entendí bien, además me asusté porque vi que el copiloto traía un cuerno de chivo en la mano. El chofer le volvió a decir que cuántos litros de leche le dejaba. La mujer  recuerda que por el miedo que sentía pensó en tirar la escoba y encerrarse en la tienda; “le dije que no gracias”, acota la empleada,   pero los sujetos insistieron entonces el acompañante descendió del camión con todo y metralleta abrió el compartimiento de refrigeración y bajó dos cajas, unos dieciséis litros de leche. “Me quedé ahí parada y pues nada más dije gracias” recuerda Imelda; “cuídese doñita”, replicó el chofer.
Así como Imelda en el Teúl decenas de personas tomaron leche gratis por varios días cortesía  de los Chapos, presuntos integrantes del Cártel de Sinaloa, que una noche antes  habían secuestrado el camión que cubría la ruta en los municipios del norte de Jalisco y sur de Zacatecas. Según las versiones de los vecinos “los Chapos” instalan regularmente un retén  sobre la carretera  Guadalajara – Colotlán, a la altura del kilometro 111,  en la entrada del Teúl y robaron el camión porque lo necesitaban para “despistar” el traslado de droga y de sus sicarios. Sobre el destino de los choferes de la empresa se dice que los mandaron a pie de regreso para Guadalajara.
En el Teúl los chismes pueblerinos fueron desbancados por vivencias como la de Imelda. En el pueblo ya casi no se habla de los fracasos sentimentales del vecino  o los escándalos familiares, ahora en las primeras planas de las platicas de cantina, en el templo, la tienda o la plaza, se habla de las andanzas de Chapos y Zetas, de levantones, amenazas y balaceras.
Desde finales de 2010 la inseguridad en el Teúl al igual que en la mayoría de los municipios ubicados en los límites de Zacatecas y Jalisco se incrementó. Los informes policiacos de la Secretaría de Seguridad Jalisciense afirman que grupos antagónicos de la delincuencia organizada  se disputan el control del trasiego de droga en el corredor de la serranía, donde a través de brechas se puede pasar de Nayarit a Jalisco y  luego a Zacatecas y donde desde hace décadas se ha sembrado marihuana. La novedad es que ahora a punta de balas se busca  dominar la zona. La gente empieza a  habituarse a comentar las hechuras de Chapos o Zetas, y a despertar con la novedad de que hubo otra balacera o que por las calles, con fusil en mano, mal encarados repartidores entregan litros de leche gratis.

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